El equipo de Gobierno ha vuelto a visitar los trabajos de montaje de la cubierta de la futura piscina cubierta climatizada, ocasión en la que el alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez, ha destacado el impulso a esta infraestructura después de las numerosas vicisitudes por la que ha atravesado el proyecto desde que se fraguó en la etapa de gobierno de la alcaldesa Pepa Caro. El ejecutivo viene reseñando cómo la piscina es “un monumento al abandono” precisamente por esos problemas que han retrasado la construcción durante más de diez años. Es más, ahora el Ayuntamiento ha tenido que aportar en torno a 80.000 euros para solventar el deterioro de parte de la estructura como consecuencia del paso del tiempo y la erosión. En el lado económico, el Gobierno municipal viene lamentándose del pago de cinco certificaciones de obras que teóricamente dejaron de abonarse durante el anterior mandato. También asegura que la obra no se ejecutó en la última etapa socialista “por falta de planificación”, ya que se destinaron a la obra “escasos recursos”, dejando en cero euros la previsión para 2023, un año que dio inicio sin presupuesto, dice el alcalde. “Los señores socialistas tenían estancada la piscina”, diría Rodríguez, que asegura que este equipamiento ha sido “un agujero económico”. Asimismo, ha insistido una vez más en que la piscina, más allá de su carácter deportivo, será un magnífico equipamiento para la rehabilitación de personas mayores y discapacitadas en el medio acuático. Cabe recordar que la piscina está siendo construida por la empresa local Construcciones Lagos. Teóricamente, tendría que estar finalizada en agosto próximo, aunque los últimos contratiempos podrían retrasar su certificación final. De otro lado, el alcalde ha mostrado su compromiso con la aprobación del nuevo Presupuesto General cuyo pleno se celebrará en breve al objeto de “tener una herramienta para gestionar con normalidad”. Rodríguez recuerda que el equipo de Gobierno ha aprobado dos presupuestos en un año. Además, ha respondido al PSOE que ha sido el nuevo Gobierno PP-Ai-Pro el que ha tenido que ejecutar proyectos que estaban estancados, desde la propia piscina hasta el aparcamiento de Caños Verdes y otras intervenciones públicas.

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