La implantación de una planta de biogás en la localidad ha levantado polémica entre la ciudadanía arcense. Vecinos y vecinas de Arcos se han organizado en una plataforma para mostrar el rechazo a la instalación de esta planta, ya que, a pesar de tratarse de una empresa de energías renovables, la implantación de esta supone una amenaza en la calidad de vida y la conservación de los espacios naturales.
Las quejas de estos vecinos y vecinas ha hecho que los diferentes partidos políticos se hayan pronunciado en contra de la instalación de la planta de biogás en Arcos y el equipo de gobierno ha asegurado, tanto en Pleno como en Junta de los Ríos, que la planta no se va a instalar en Arcos si no es beneficiosa para los vecinos de Arcos.
En nuestro espacio “Arcos Actualidad” entrevistamos a tres miembros de la plataforma en contra de la instalación de esta planta en Arcos; a Yolanda Manzano, Rafael Palma y Pedro Juan Roldán con quienes hemos hecho un repaso de la situación del proyecto.
Esta plataforma viene trabajando desde que tuvieron conocimiento de la intención de Verdalia Bio Arcos de instalar esta macro planta de biogás en la localidad. En plenas Navidades y de casualidad, a uno de los miembros de esta plataforma le llegó la información de la existencia de este proyecto en Arcos, que se encontraba en periodo de exposición pública con su plazo de alegaciones abiertos.
Una vez tuvieron certeza de su existencia pudieron comprobar que no se había publicado toda la información, algo que reclamaron a la Consejería de Medio Ambiente, lo que hizo que se ampliara el periodo de alegaciones, que volvería a ampliarse después de que la empresa promotora volviera a anexar más información al proyecto.
En total la plataforma ha presentado 211 páginas de alegaciones “bastante rigurosas” porque en este proyectos la plataforma asegura que se dan numerosas imprecisiones y falta de riguridad con un estudio medioambiental que “obedecería más a criterios económicos que medioambientales”.
Desde la plataforma se asegura que esta planta “no va a solucionar ningún problema ni a generar riqueza en la zona”. Además de asegurar que el problema no es solo de las barriadas rurales, ya que “el problema también llegara a Arcos, y por lo tanto es un problema de todos”.
Actividad industrial en suelo rústico
Esta planta de biogás se trata de una actividad industrial en suelo rústico a través de la cual se pretende convertir material orgánico en gas. Gas que se inyecta en la red. Resultado del proceso también se obtiene un producto sólido y cuyo objetivo es venderse a los agricultores como compost, algo que señalan desde la plataforma puede contener patógenos tal y como advierte la propia Asociación Española de Biogás, cuyo fin principal sería “resaltar las múltiples ventajas del biogás tanto desde una perspectiva ambiental como de economía circular, y cómo su implementación puede contribuir significativamente a una sociedad más sostenible y autosuficiente”, tal y como se explica en la propia web de la asociación.
Detrás de la macro planta de Arcos, cuya promotora es Verdalia Bio Arcos, se encuentra un fondo de inversiones estadounidense, Goldman Sachs, tal y como apuntan desde la plataforma, con unos intereses financieros más que medio ambientales. En esta se prevén 160 mil toneladas al año con un funcionamiento continúo durante todo el año, lo que requerirá que hasta este lugar se desplacen numerosos camiones que trasladen la materia prima: restos orgánicos, restos de mataderos y, en menor medida, restos vegetales.
Esta planta, además de provocar problemas de olores y de salud, supondrá un impacto medioambiental, para la fauna, la flora y que afectará a los recursos hídricos, además del constante trasiego que conllevará el transporte de los restos orgánicos a la planta, y el efecto llamada que provoca en las explotaciones intensivas ganaderas, tal y como apuntan los miembros de la plataforma y como sucedió en Alemania en torno a estas plantas.
Desde la plataforma se insiste en que la ubicación no es la adecuada porque las plantas se alimentan de desechos orgánicos, y malolientes, y lo que se desprende de estas es ácido sulfhídrico, gas de alcantarillas, que huele a huevos podridos y eso puede ser fatal para Arcos.
Sin leyes reguladoras
Desde la plataforma se apunta también que no hay leyes reguladoras que establezcan las distancias adecuadas para la instalación de este tipo de plantas y lo que buscan desde la Asociación de plantas de biogás es una serie de “buenas prácticas” para ganarse a las poblaciones. Las distancias establecidas por estas buenas prácticas, que son mínimas y arbitrarias, no se cumple en este caso tampoco, con poblaciones como La Pedrosa a 1,5 km, Junta de los Ríos a 2 km o Arcos a 3 km. Además, se apunta que el estudio realizado de la predominancia de los vientos que se incluye en el proyecto es pobre e incorrecto y tras estudios propios realizados por la plataforma se asegura que el olor va a afectar no sólo a los diseminados y zonas rurales sino que llegará a Arcos.
A pesar de las palabras de tranquilidad del equipo de gobierno, aseguran que por encima del Ayuntamiento está la Junta de Andalucía y esta no se ha pronunciado aún sobre el proyecto que sigue su camino en la administración autonómica y que recientemente fue incluido en la unidad aceleradora, que reduciría los tiempos para su puesta en funcionamiento.
Y desde la plataforma se señala que a pesar de que el Pleno del Ayuntamiento de Arcos tiene ahora la última palabra, “si declaran al proyecto de interés autonómico”, y ahí está la preocupación de esta plataforma, la Junta se haría cargo de este. De momento, esto último no ha sucedido y esperan que se desarrollen los acontecimientos mientras trabajan para evitar su implantación en Arcos.
«No hay que tirar la toalla»
En cuanto a la lucha porque no se construya esta planta de biogás desde la plataforma señalan que “en Arcos hay un antes y un después de la térmica, pero con la planta de biogás no podemos tirar la toalla”, en un intento de animar a la población a participar de estas protestas y de mostrar su descontento ante lo muchos ciudadanos ven como “una política de hechos consumados”.
Puedes ver la entrevista completa en el siguiente enlace: