Para Felipe Huertas la cocina ha cobrado un significado muy especial desde su jubilación. Además de disfrutar de su familia, en especial de sus dos nietos, Felipe disfruta cocinando, ya sea para familiares como para amigos. Su gran especialidad son los arroces caldosos, no importa el número de comensales, ya sea para grupos reducidos, para él reducido significa para unas cien personas, o más grande, como en una ocasión que hizo un arroz para más de cuatrocientas personas. Lo dice con una naturalidad que parece hasta fácil. Son ya muchos colectivos como particulares que requieren de sus conocimientos culinarios a lo que Felipe acude encantado y de forma altruista.

Ir al contenido