Desde hace un año, Damián Sánchez Mariscal es el chef de Venta La Perdiz. En su primera participación en el certamen “Chef Sierra de Cádiz” ha conquistado el paladar del jurado con su talento, técnica y amor por la cocina, gracias a su plato elaborado con carne de caza (corzo), elegido el mejor del concurso. Una experiencia que resume como gratificante y que le gustaría repetir, aunque no sea fanático de este tipo de pruebas, le pareció que era el momento y una oportunidad que había que aprovechar. Se presentó en la categoría innovación pero admite que “sin tradición no hay innovación”.

Creció entre los fogones y delantales del negocio familiar: “Mesón Guadalete”, en La Pedrosa. Desde que tenía diez años aprendió los secretos del mundo de la restauración. Los fines de semana echaba una mano en el restaurante de sus padres y observaba con admiración el trabajo que hacían en cocina su madre y su hermana. Reconoce que sus padres nunca le han dado consejos y siempre le han dejado equivocarse.

Trabajó en diferentes negocios antes de matricularse en la Escuela de Hostelería de San Roque, donde estudió un Grado Medio. Dio sus primeros pasos en una cocina profesional en un hotel de cinco estrellas en Estepona.

Actualmente se sigue formando en la Escuela de Hostelería de Arcos, donde estudia el Grado Superior de Dirección de Cocina. Sueña con poder dirigir su propio proyecto pero sabe que es muy complicado.

Ha llorado mucho, ha sufrido cortes y quemaduras pero se queda con todo lo bueno que ha aprendido y con los amigos que ha hecho por el camino.

El lugar donde mejor come es en casa de sus padres, por la tranquilidad que le aporta.  Se declara un amante del campo, de la naturaleza y de la comida que elabora su madre, especialmente los guisos. En su propia casa suele encargarse de la cena, normalmente prepara ensaladas, le encantan.

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